Venerable Karma Lekshe Tsomo

Crónica publicada en BUDDHISTDOOR EN ESPAÑOL

Este artículo forma parte de la edición especial «Mujeres y budismo en los países de habla hispana». Cuarta parte de nuestra Crónica del II Simposio de Sakyadhita Spain de mujeres budistas de habla hispana titulado «Dharma-Gaia: budismo, mujeres y la crisis climática», celebrado vía Zoom el 12 de diciembre 2020 y dedicado analizar el papel que puede desempeñar la sabiduría femenina budista a la hora de afrontar la actual emergencia climática. Pueden leer la tercera parte de esta crónica aquí.

Presentación de Karma Lekshe Tsomo

En la siguiente participante concurren toda una serie de atributos que la hacen idónea para este encuentro. La venerable Karma Lekshe Tsomo, expresidenta de Sakyadhita Internacional, es una monja ordenada de la tradición Rimé del budismo tibetano, doctora en Filosofía Comparada por la Universidad de San Diego, donde es profesora de Budismo y Religiones del Mundo, y es autora de más de 10 libros publicados internacionalmente. Aparte de esta vertiente erudita, la venerable es una dedicada activista muy comprometida con la justicia social y la defensa de las mujeres y niñas. Karma Lekshe Tsomo fundó, y actualmente dirige, la Fundación Jamyang que opera escuelas para mujeres en todo el Himalaya. Ella tiene una profunda y cercana relación con Sakyadhita Spain: ha apoyado a esta entidad desde su fundación y colaborado estrechamente con ella a lo largo de los años.

Tras unas palabras de calurosa bienvenida, Anna Gil y Mònica Pagès presentaron a Karma Lekshe Tsomo como una íntima colaboradora y entrañable amiga de Sakyadhita Spain. La venerable, en una intervención realizada desde Hawái, presentó Sakyadhita Internacional y explicó el papel de esta entidad en la lucha para superar la crisis climática que estamos atravesando. Antes de su intervención, se pasó un video donde se mostraban con más de detalle las actividades de Sakyadhita Internacional y se hacía un resumen de la decimoquinta edición del congreso internacional de esta asociación.

Presentación de Sakyadhita Internacional

La venerable Karma Lekshe Tsomo agradeció a Sakyadhita Spain la organización de este encuentro y la felicitó por ser, desde su fundación, una de las ramas más activas de Sakyadhita International. También habló de Sakyadhita como una organización que sigue el ideal del modelo budista transversal, y no piramidal, de cooperación democrática, que busca incluir a todo el mundo en la conversación.

A continuación, comentó la inmensa labor de Sakyadhita International en su vocación fundacional de ser un movimiento de paz y justicia social centrado en los segmentos menos favorecidos de la sociedad que son, sobre todo, las mujeres y las niñas, que constituyen un estrato marginado y discriminado en muchos países.

Sakyadhita International se fundó en 1987. La venerable comentó los grandes avances realizados a lo largo de 33 años en la tarea programática de integración de las mujeres en una historia del budismo de la que habían quedado fuera, y en dar voz a quien no la tenía. Pero aún queda mucho por hacer; las instituciones budistas están aún dominadas por los hombres. Sakyadhita International intenta ofrecer oportunidades a las mujeres para poder educarse y estudiar. Muchas mujeres son analfabetas, o han recibido poca educación, pero se esfuerzan por tener algún tipo de educación y sanidad.

Sakyadhita intenta que las mujeres budistas puedan expresar sus ideas y compartir sus experiencias, y ha prestado especial atención a las mujeres más marginadas y con una mayor desventaja social. Ha dado oportunidades a estas mujeres para que tuvieran valor y ha sido desafiante en su defensa de mujeres y niñas.

Karma Lekshe Tsomo dijo: «las mujeres con las que trabajo en Bangladesh o en el Himalaya no tienen cosas que nosotras damos por sentado como, por ejemplo, la seguridad de los alimentos. El foco no hay que ponerlo, pues, sobre las personas que tenemos pasaporte y podemos viajar, o que tenemos bastante para comer, sino especialmente en las necesidades de los segmentos menos favorecidos de la población. Al principio de Sakyadhitalas desfavorecidas eran monjas budistas que vivían en chabolas. Y por eso hicimos que la primera conferencia se centrara en las monjas budistas. Por supuesto, a lo largo de los años hemos expandido nuestra actividad a otros temas importantes.

»Cuando vemos que las instituciones budistas están principalmente dominadas por hombres, existe la necesidad de una organización que dé voz a las mujeres y que permita que estas puedan ver las cosas de una forma distinta. Y trabajar con un modelo cooperativo en vez de con un modelo piramidal. Ya desde el principio nos sentábamos en círculo en el suelo, hablábamos y dejábamos atrás las marcas de nivel educativo, poder y posición. Esta ha sido la forma de hacer las cosas desde el principio. Y este ideal de incluir a todos en la conversación y trabajar de acuerdo con los principios budistas de honestidad, integridad, compasión y la sabiduría es un mensaje muy importante para todo el mundo.

»La sabiduría se desarrolla estudiando las acciones del Buda. Pero, desde el principio, la mayoría de las instituciones budistas estaban cerradas a las mujeres, las enseñanzas no les eran accesibles. No podían entrar en grandes instituciones de aprendizaje en países como Tailandia, por ejemplo. Y esto realmente ha empezado a cambiar. Si las puertas están cerradas, tenemos que empezar a crear nuestras propias instituciones y organizaciones. Y creo que hicimos lo correcto estableciendo un hábitat abierto que desde el principio ha sido una alianza entre mujeres y monjas.

»Sakyadhita se fundó para que fuera una institución muy diversa e inclusiva y han pasado décadas antes de que empezáramos a ver resultados. Pero queda mucho por hacer para poder ayudar a nuestras hermanas que viven en la pobreza y la opresión, que son vulnerables al tráfico de personas y la explotación, y poder facilitarles oportunidades. Hay mujeres, por ejemplo, que viven en países donde se trafica con ellas ¿cómo vamos a cambiar esto? Queremos dar oportunidades a las mujeres para que vivan en un entorno seguro y con educación, para que puedan ganarse la vida dignamente.

»Como ejemplo, quisiera hacer referencia a lo que hacemos en nuestro centro de Sakyadhita Hawái: vamos a hacer una casa de té. Entendiendo los obstáculos como el camino, podemos trabajar con amor y compasión. Y debemos hacer lo que predicamos tanto en lo personal como a un nivel social. Así que espero que todas podáis compartir con amor y confortar a los que sufren y pongáis paz en el mundo con amor y con bondad. ¡Muchas gracias!».